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Persona sentada frente del ordenador haciendo gestiones de asesoría

Que las empresas necesitan de los servicios de una asesoría es un hecho incuestionable, porque desde el minuto uno tienen una serie de obligaciones con Hacienda y la Seguridad Social (por nombrar las más conocidas) que hay que cumplir sí o sí. 

No queda otra. 

Si se quiere estar en orden con la legalidad y no tener que estar pagando recargos y sanciones cada dos por tres hay que contar con expertos en esas materias.

Y es que aunque las grandes empresas suelen tener el personal adecuado para realizar todo este tipo de funciones la verdad es que la inmensa mayoría contrata los servicios de profesionales independientes.

Elegir una asesoría es, por tanto, prácticamente inevitable y en muchos casos se hace necesario más de una y de dos veces a lo largo de la vida de la empresa.

Por eso, porque tal vez te toque decidir en esa tesitura, hemos preparado este artículo con 8 elementos que te sería útil considerar antes de decantarte por cualquier opción.

La que sea la mejor elección va a variar para cada empresa en función de sus características y necesidades, como es lógico, pero también de las preferencias personales. Por eso, si tienes en cuenta los siguientes puntos vas a poder ir estrechando el cerco.

1. Servicios a contratar

Es importante tener claro cuáles son los servicios que se pueden contratar y asegurarse de que estos cubran las distintas necesidades de la empresa.

A efectos prácticos, resulta más cómodo tener centralizado en una única asesoría todo lo que necesitas: no solo llamas a un único sitio y la documentación está centralizada sino que el profesional puede tener una visión más global de tu negocio.

Eso no quiere decir que una misma persona sea la encargada de llevar la contabilidad y confeccionar las nóminas de los trabajadores, por ejemplo. La realidad es más bien la contraria: en este tipo de trabajos la especialización se da de forma muy acusada. Pero, aunque existan diferentes departamentos, a la hora de resolver situaciones que requieran de un análisis de conjunto la información va a estar más a mano.

2. ¿Hay otros clientes similares?

El hecho de que el despacho tenga otros clientes de tu mismo sector es un punto a su favor porque, quieras o no, hay actividades que tienen ciertas peculiaridades en su funcionamiento y que si el asesor ya está acostumbrado a manejarse con ellas pues eso que te encuentras…

Pero tal vez más interesante que la pertenencia a un mismo sector económico sea el hecho de que haya otros clientes con particularidades legales similares. Es decir, que si a tu empresa le es de aplicación una normativa específica y minoritaria sería un plus el que la asesoría ya tenga experiencia en ese campo.

Por ejemplo, si te dedicas a la venta de muebles de cocina a otros países sumaría el hecho de que contará con otras empresas que también vendan en el extranjero, independientemente del producto de que se trate, porque la exportación implica el cumplimiento de una serie de obligaciones muy concretas. 

Igual pasa con las asociaciones, por ejemplo, o con las actividades de compra y venta de vehículos usados, o con las agencias de viajes, etc.

3. Herramientas que faciliten el trabajo

Un punto a considerar también es si existe la posibilidad de contar con herramientas o plataformas que faciliten el envío de datos y simplifiquen las labores administrativas.

Todo lo que suponga un ahorro de tiempo es una ventaja a tener en cuenta.

4. Asesoría grande o pequeña

Por asesoría grande nos referimos a las que tienen más personal y prestan un abanico más amplio de servicios. Normalmente cuentan con un departamento jurídico por si necesitas  un abogado, hacen trabajos de consultoría, algunas también de auditoría, etc.

Por contra, en cuanto al trato, no es lo mismo ser cliente de un despacho donde hay 30 empleados que de otro donde solo hay 3 más el dueño. 

En el segundo caso hay mucha más cercanía personal y el poder tratar directamente con el titular es bastante más fácil.

El decantarse por una u otra opción va a venir marcado por las necesidades y preferencias personales. Pero es importante que tengas presente que son dos modelos diferentes y que cada uno tiene sus pros y sus contras.

5. ¿Con instalaciones físicas o solo online?

Al igual que en el punto anterior, se trata de modelos de negocio que funcionan de manera diferente y ambas opciones tienen sus ventajas e inconvenientes.

Normalmente las asesorías online que trabajan a nivel nacional suelen tener precios más económicos pero el trato personal y el poder comentar cara a cara temas que pueden ser delicados prácticamente no se da.

6. Precio

Lógicamente, el precio siempre es un elemento a tener en cuenta. Sin embargo, cuando se trata de contratar los servicios de una asesoría no debe ser el elemento definitorio. Y es que en las tarifas influyen cuestiones como la experiencia, la reputación, la calidad de la atención al cliente, la implicación, la localización... 

Y cómo no: los servicios incluidos y los que se cobran aparte. Muy importante que esto quede bien claro.

La clave aquí no es conseguir lo más barato (porque, como en todo, a la larga puede salir caro) sino lo más acorde a la calidad del servicio que vamos a recibir y a la confianza que nos inspira el profesional.

7. ¿Qué pasa si hay un error?

No somos máquinas. Somos humanos y, como tal, todos cometemos errores. En las asesorías también pasa, por supuesto, y nada de raro tendría que se cometiera algún fallo en lo relativo a tu empresa.

Por lo tanto, no debes buscar la infalibilidad, porque eso nadie te lo puede garantizar, pero sí sería bueno asegurarse de que el despacho cuenta con un seguro de responsabilidad civil con el que pueda resarcirte del posible perjuicio económico que se pueda derivar de alguna equivocación.

8. Desconfía de los propietarios de varitas mágicas

Las obligaciones contables, fiscales, laborales y de cualquier otra índole que tienen las  empresas frente a la Administración pública están reguladas por la ley. Y ten en cuenta que la ley es igual para todos y que cada vez existen más mecanismos de control y comprobación.

Por eso desconfía de quien te prometa que tú puedes hacer las cosas de otra manera diferente con la certeza absoluta de que no va a haber consecuencias. Nadie puede cumplir ese tipo de promesas porque no está en su mano el resultado.

Recomendación final

La ventajas que ofrece una buena asesoría a tu empresa son infinitas, y al margen de que te decantes por una u otra de las opciones que hemos visto, te recomendamos que busques, ante todo, un buen profesional. Alguien bien preparado que te transmita seriedad y honestidad, que se implique con tu negocio y te inspire la confianza suficiente como para tener la tranquilidad de que estás en buenas manos.

Al final, si te das cuenta, una buena asesoría y Pleo tienen mucho más en común de lo que piensas. De hecho, las dos soluciones pueden trabajar juntas. Ambas están relacionadas con la contabilidad, se encargan de mejorar la gestión y el rendimiento de tu empresa, te permiten administrar mejor el tiempo en tareas importantes y te quitan unas cuantas preocupaciones de encima. En definitiva, son los mejores aliados para tu compañía. 

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