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Entrevista con Tabita Luis, de Too Good To Go

Hay muchas formas de salvar el planeta. Y la comida es una de ellas. Pero antes de que pienses en afiliar tu barriga a Greenpeace, sigue leyendo, que no vamos por ahí.

"Reducir el desperdicio de alimentos es una de las cosas más importantes que podemos hacer para revertir el calentamiento global". Esta cita de Chad Frischmann, experto en cambio climático, encabeza el sitio web de Too Good To Go, nuestros héroes del mes.

Hemos hablado con Tabita Luis, Head of People & Culture de Too Good To Go, sobre la empresa, su día a día y cómo en apenas 3 años ya han llegado a los dos millones de comidas “salvadas”. Y también sobre cómo Pleo les ha ayudado, claro.

Tienes que explicarle a tu mejor amig@ qué hace Too Good To Go y le dices... 

Le diría que Too Good To Go es un movimiento en el que un grupo de personas —ya casi 1.000 a nivel global— lucha contra el desperdicio de alimentos de diferentes maneras. Quizá la más visible es nuestra plataforma, en la que diferentes establecimientos ponen su remanente de comida (por ejemplo, lo que sobra de los desayunos de un hotel) a disposición de usuarios que pueden rescatarla en forma de packs sorpresa. De esta manera la comida no se tira; cada usuario se lleva algo que está en perfecto estado, aunque quizá no tan fresco, a un precio que es un tercio de su valor original.

¿Qué otras iniciativas componen el movimiento de Too Good To Go?

El problema del desperdicio alimentario es muy complejo, por lo que trabajamos en cinco pilares. La plataforma es uno de ellos. Tenemos otro en el que trabajamos para educar a los hogares en cuanto al reaprovechamiento de la comida, algo sobre lo que también hacemos mucha educación en nuestras redes sociales. Además, trabajamos con escuelas de diferentes países para educar sobre el desperdicio alimentario. Otro pilar son nuestros partners, compañías que no forman parte de nuestra app pero que son parte estratégica a través de campañas de concienciación que hacemos con sus empleados, usuarios o clientes. Por último, tenemos un equipo dedicado a public affairs que cuenta con representantes en cada país. Buscamos poner en la agenda política el tema del desperdicio alimentario para impulsar legislación que ayude en este sentido.

Sobre la importancia de ser un movimiento, ¿las empresas que nacen hoy en día piensan más desde esta perspectiva?

Sí, es lo que se conoce como empresas sociales. De hecho, la certificación B Corp agrupa a este tipo de compañías que tienen un fin más allá del beneficio. En el caso de Too Good To Go, nuestra finalidad no es el dinero. Obviamente es algo que hay que producir porque hay una infraestructura que mantener, sueldos que pagar… pero el fin de la empresa no es salir a bolsa y ganar millones, sino resolver el problema del desperdicio de alimentos. Por eso mismo dedicamos recursos a iniciativas que no traen dinero a la compañía.

¿Crees que esta nueva perspectiva va a cambiar el tejido empresarial?

El sistema en el que vivimos valora el dinero por encima de todo, y eso es algo que va a seguir siendo así. El capitalismo salvaje no va a desaparecer de la noche a la mañana, pero es verdad que se está generando una masa crítica de personas que no quieren trabajar en organizaciones con las que no sienten una conexión.

Incluso las grandes compañías están tratando reconvertirse en ese sentido. Pero, ¿cuánto de esto es real? Yo espero que, en la medida que nos preocupemos más por el origen de lo que consumimos y el tipo de empresas en las que trabajamos, la situación cambie. Tenemos el ejemplo de las personas del sector tech que, por su condición de escasez de talento vs demanda, está exigiendo unas determinadas condiciones a las empresas, algo que mejore su bienestar personal, pero también que vaya en línea con sus valores.

En este sentido, ¿qué cambios estás viendo en lo que se busca a la hora de trabajar en una empresa?

Trabajamos por dinero, aquí y en cualquier sitio. Pero cuando llegas a un nivel suficiente para mantener un estilo de vida determinado, otras cosas pasan a ser más importantes. Por ejemplo, yo veo mucho interés en la misión de la compañía, en responder a preguntas como “¿qué estoy haciendo aquí?” o “¿a qué le estoy dedicando mi vida?”.

Es importante tener en cuenta que los millennials y los Z somos generaciones que sentimos un vacío existencial muy grande. Y como el trabajo es tan protagonista en nuestra vida, queremos que sea algo que nos llene. Ese vacío no se llena con perks, con palmaditas en la espalda o con fiestas en la oficina, sino con una conexión real con el proyecto. Si este año con la pandemia te has dado cuenta de que necesitas ir a la oficina para tener vida social, es que igual ya no la tenías fuera. Mucho tiene que ver con que algunas empresas, sobretodo grandes tecnológicas, se han dedicado a ofrecer un estilo de vida dentro de sus espacios, con oficinas diseñadas para que, si quieres, puedas estar allí siempre: tienes lavandería, gimnasio, etc.

Ahora en las organizaciones tenemos una oportunidad histórica para comprometer a las personas que ponen su talento a nuestra disposición, con algo mucho más profundo que un grifo de cerveza o masajes en la oficina. Podemos ayudar a que las personas se sientan conectadas con algo superior y le den un nuevo significado a sus vidas a través del trabajo. Los mejores talentos lo están demandando.

¿Qué crees que pueden hacer las empresas para facilitar que la gente disfrute de su vida fuera del trabajo?

En Too Good To Go nos esforzamos por no caer en esos perks trampa, y buscamos incorporar beneficios como más vacaciones al año o un mes adicional por baja de paternidad/maternidad, por ejemplo. Queremos que puedas pasar más tiempo con tu familia. O el seguro médico, para ayudarte a estar saludable e invertir tu tiempo en otras cosas. No somos perfectos, pero estamos en nuestro camino para descubrir cómo es ser una empresa social.

Te pongo un ejemplo con un dilema personal. En España mucha de la vida social es alrededor del alcohol, pero eso es algo súper dañino. Parece que siempre tiene que haber una cerveza por medio y eso está muy normalizado. ¿Tiene sentido crear una cultura de empresa alrededor de fiestas y quedarte en la oficina bebiendo o podemos relacionarnos de otra manera? Ese es el tipo de dilemas que tenemos. Yo no quiero que la gente invierta todo su tiempo aquí. Quiero que consigan sus objetivos y luego hagan otras cosas con su vida. 

¿Y a ti qué te gusta hacer con la tuya?

¡Un montón de cosas! Me encanta compartir conocimientos. Lo hago en The Hero Camp y La Nave Nodriza, que son dos escuelas que forman en producto y en diseño. Además diseñé y lancé un programa de People & Culture en The Hero Camp que ya va por la cuarta edición. Y tengo otros intereses menos profesionales, como la jabonería artesanal. También estoy estudiando un máster en logoterapia y análisis existencial. 

¿Cómo os ayuda Pleo en el día a día?

Pleo es una herramienta de automatización maravillosa para un grupo de trabajo tan dinámico como el que tenemos. Contamos con equipos que viajan mucho y tienen que pagar hoteles y otras cosas. Recuerdo mis tiempos de guardar tickets y la forma en que se me iban las horas. Y lo típico de perder un ticket e ir a finanzas para justificarlo… era un marrón.

El equipo de management también usa Pleo para compras de todo tipo: herramientas, software, etc. Además es una plataforma muy sencilla, haces una foto al recibo desde la propia app y te olvidas del tema.

¿El equipo siente más confianza al usar Pleo?

En nuestro entorno la confianza es algo obvio. No podríamos no confiar en que la gente va a hacer un uso razonable de los recursos. Por eso elegimos una herramienta como Pleo.

¿Qué planes tiene Too Good To Go para el futuro?

A nivel movimiento, para 2024 queremos ser la inspiración de un billón de personas para dejar de desperdiciar comida. No solo por comprar un pack en la app, sino como un trabajo completo: a nivel personal, trabajo, escuela y en casa.

Como empresa queremos convertirnos en el partner estratégico en temas de desperdicio alimentario, lograr que en el futuro la parte de tirar comida y la plataforma sea secundaria y enfocarnos en la asociación con los grandes productores en cuestiones el desperdicio en la cadena de producción, entre otras.

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